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Las ventajas de tener amigos... imaginarios

Numerosos estudios e investigaciones científicas se han centrado durante años en la importancia en nuestras vidas de la amistad, así como de los múltiples beneficios que esta aporta a nuestra salud.

Ahora alguien ha tratado de ir un poquito más allá analizando una más que frecuente compañía de los niños entre los dos y los ocho años: los amigos imaginarios.

Concretamente hablamos de un psicolingüista australiano de la Universidad La Trobe (en Melbourne) llamado Evan Kidd, que, tras realizar sus "experimentos", ha llegado a la conclusión de que estos peculiares compañeros de juego favorecen la comunicación y nos hacen más sociales y creativos al alcanzar la edad adulta.


Para llegar a tal conclusión, se realizó una encuesta entre 330 universitarios con la intención de averiguar si recordaban haber tenido un amigo ficticio en su niñez. Los resultados mostraron que quienes habían tenido esa “compañía” imaginaria presentaban mayores habilidades comunicativas, más empatía y más creatividad como adultos que el resto de sus compañeros.

Paralelamente a esto, en colaboración con la Universidad de Manchester, Kidd indagó en el rol de esas figuras en 44 niños con edades comprendidas entre tres y seis años, la mitad de los cuales tenía amigos imaginarios. Y comprobaron que éstos últimos poseían un vocabulario mucho más rico y eran más creativos que el resto de sus compañeros.

El motivo que explicaría esto es mucho más sencillo de lo que pudiera parecer a simple vista ya que, según afirma el propio Evan, “estar a cargo de las dos partes de una conversación facilita el desarrollo de las habilidades comunicativas”, con un efecto realmente positivo a largo plazo.


Visto en MUY Interesante.

6 comentarios:

Mario Salazar dijo...

Que tal memoria de los entrevistados que de seguro tendrán algo de extraños, e igual suena un poco raro eso del amigo imaginario.

Mario.

Silvia dijo...

Es interesante el argumento que dan, y parece razonable que sea positivo ponerse en ambos lados de una conversación. Ojalá conservásemos esa capacidad cuando nos hacemos adultos, y así no nos sería tan difícil ponernos en el lugar del otro y respetar su opinión.

Unknown dijo...

Estoy de acueerdo con Silvia, ahora que ya somos adultos estaría bien tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro y respetarle por encima de todo.
Bena argumentación la que han hecho.
Un beso, Ross

Unknown dijo...

Ahora podré defender la existencia de mi amigo invisible de la infancia (cuyo nombre no revelaré por no contar con su aprobación) con hechos científicos. En especial frente a la psicopedagoga del colegio... espero que siga viva...

saludos!

Nayuribe dijo...

Yo no recuerdo haber tenido uno... pero me parece muy interesante el post, en especial la argumentación que es realmente muy fuerte.

Un saludo

Perséfone dijo...

Mario Salazar Lafosse: Mi experiencia me dice que esto no es raro ni infrecuente, en contra de lo que mucha gente piensa.

Silvia: Ojalá conserváramos eso y mucho más... Los niños son geniales.

rosscanaria: Tienes razón. Todo eso no debería desaparecer jamás.

MateConDuraznos: jejeje pues ya sabes ¡Aprovecha!

Nayuribe: El punto débil de estos estudios suele ser la escasa fiabilidad de la muestra, pero en este caso lo que dicen tiene bastante sentido. De hecho es algo que ya sucede durante el juego simbólico. Supongo que en el fondo el tener un amigo imaginario podría enmarcarse dentro de este tipo de juegos.

Muchísimas gracias a todos por pasar por aquí y dejar huella y bienvenidos a los que os dejais ver por primera vez (que creo que sois la mayoría en este caso).

Un saludo.