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¿Enseñamos a nuestros pequeños a no mentir?

Releyendo por encima un libro que me regalaron hace algún tiempo llegué a un pasaje concreto que me llevó a reflexionar sobre nuestra actitud ante algo tan molesto dañino como puede llegar a resultar la mentira.


Copio íntegramente las líneas a las que me refiero con la intención de transmitir a este modesto blog un debate que, a mi entender, puede resultar verdaderamente interesante:
- Parece como si opinaras que no hay problema en la mentira, pero mentir está mal. Eso es lo que nos han enseñado.

- ¿Estás seguro, Damián? ¿Es cierto que nos enseñado a no mentir? Yo no estoy tan seguro… Imagina esta escena (sucede todos los días, en todas las casas de todas las ciudades):


El niño acaba de ser descubierto en una mentira.

El padre, comprensivo y moderno, sabe que ESA mentira en concreto no es importante, sino el concepto moral de mentir. Así que…


El padre deja de hacer lo que está haciendo y se sienta con su hijo para explicarle, en lenguaje sencillo, por qué tiene que decir siempre la verdad, pase lo que pase y caiga quien cai…


Suena el teléfono.


El hijo, que está tratando de ganar puntos, dice: “¡Yo voy!”. Y corre a atender el teléfono. Al cabo de un rato, regresa:

- Es el corredor de seguros, papá.

- ¡Uf! ¿Justo ahora? Dile que no estoy.


- ¿Nos enseñan a no mentir? No creo. Nos dicen que no hay que mentir, eso sí. Pero… nuestros padres, nuestros maestros, nuestros sacerdotes, nuestros gobernantes, ¿nos enseñan que no hay que mentir?


“Déjame que te cuente” de Jorge Bucay.
Extraído del capítulo “La esposa del ciego”.

¿Y tú que opinas? ¿Sabemos dar ejemplo en este sentido a nuestros menores? ¿Les enseñamos, pues, a no mentir?

4 comentarios:

Silvia dijo...

Es cierto. La mejor manera de enseñar es mediante el ejemplo de uno mismo, y en el caso de las mentiras, no se pone en práctica fácilmente. Vivimos en una sociedad de hipocresía y mentiras, y por mucho que se diga a los niños que deben ser de tal o cual manera, ellos no lo aprenden bien porque a la vez perciben a su alrededor ejemplos contradictorios.

Juanjo Rubio dijo...

Los niños, en sus primeros años imitan... Así que si un niño es muy mentiroso, posiblemente es porque se la ha enseñado a serlo.

Cloe dijo...

Bueno, creo que es la primera vez que no estoy deacuerdo con algo en el blog (por lo general Perséfone es genial en sus posteos), primero, Bucay me parece un chanta, un fantasma, un farsante o como lo querais llamar.
Segundo, a un niño no se le puede decir que "hay que decir siempre la verdad" por encima de todo y pase lo que pase, porque eso además de ser hipócrita no siempre se puede hacer (a las mentiras piadosas me remito) o, si quereis, simplemente ocultarla (a veces), ejemplo:

Mamá llega a casa muy ilusionada porque le ha comprado a papá un regalo que ella piensa que es muy especial y que le va a gustar mucho y papá para no disgustarla le da las gracias y le dice que le encanta.

¿Y?

¿Hay algo de malo en eso?

Y tercero, está demostrado que los niños que mienten (entiendase las mentiras normales de la edad, no compulsivamente) demuestran un grado de inteligencia superior al de los niños que no son capaces de mentir, a veces las historias inventadas por ellos como si fueran reales demuestran una gran imaginación.

Esto que digo no es un extremismo, todo lo contrario, tampoco le vas a decir a tu hijo que sea un Pinocho, pero simplemente las cosas se tendrían que dar con naturalidad, si hay que explicarle algo se le explica y si le dices que le diga al corredor de seguros que no estás explicale que "que ahora no quieres verlo por X motivos y que es un caso exccepcional".

Nelson dijo...

Me encanta el contenido de este blog. Un trabajo excelente por el cual te felicito mi estimada amiga, tanto ti como a los colaboradores del mismo. Me obsequiare unos minutos en conocerlo un poco mas, brillante manera de compartir y abordar estos temas tan importantes.
Un abrazo desde Venezuela y felicitaciones.