Le da un palo al Doctor Estivil con su cruel y bárbaro método, consistente en dejar llorar a los niños hasta que se duerman, en dejarlos solos y despegarlos de lo que es instintamente normal y natural, su madre.
Personalmente he de decir que la razón principal por la cual se me ocurrió crear este blog fue mi indignación al oír a mi neonatólogo aconsejarme leer el libro "Duermete niño" de Estivil para que dejase llorar a mi hijo sin hacerle el menor caso, poco después descubrí que lo que le hacía llorar a mi hijo era el hambre, no tenía suficiente con lo que tomaba, cuando le empecé a dar más el llanto cesó.
En estos tiempos es frecuente ver como los padres escuchan mucho más a cualquiera menos a sus hijos, porque no hace falta que tu bebé no sepa hablar, el lenguaje entre madre e hijo es mucho más antiguo que el habla y este tipo de libros y teorías nos alejan de esto, la comunicación y el instinto maternal.
Por eso hoy quiero que le presteis especial atención a este hombre, Carlos González y a su libro "Bésame mucho" y a este fragmento del libro que dejo;
El último tabú
Nuestra sociedad parece muy tolerante porque muchas cosas que hace cien años estaban prohibidas se consideran ahora completamente normales. Pero si nos fijamos mejor, también hay cosas que hace cien años eran normales y que ahora están prohibidas. Tan completamente prohibidas que hasta nos parece normal que sea así, tan normal como a nuestros bisabuelos les debía parecer su sistema de tabúes y prohibiciones.
Muchos de los antiguos tabúes se referían al sexo; muchos de los actuales se refieren a la relación madre-hijo, para desgracia de los niños y de sus madres. Por ejemplo, la palabra «vicio» se usa ahora en una forma totalmente diferente a como la usaban nuestros abuelos. Casi todo lo que entonces era «vicio» ha dejado ahora de serlo. Beber, fumar o jugar son ahora enfermedades (alcoholismo, tabaquismo, ludopatía), con lo que el pecador se ha convertido en víctima inocente. La masturbación el «vicio solitario» que tanto preocupaba a médicos y educadores) se considera normal. La homosexualidad es simplemente un estilo de vida. Hablar de vicio en cualquiera de esos casos se consideraría hoy un grave insulto.
Hoy en día, sólo se llama vicio a algunas inocentes actividades de los niños pequeños: «Tiene el vicio de morderse las uñas. » «Llora de vicio. » «Si lo coges en brazos, se va a enviciar. » «Lo que pasa es que está enviciado con el pecho, y por eso no se come la papilla. » Si todavía tiene dudas sobre cuáles son los verdaderos tabúes de nuestra sociedad, imagine que va a su médico de cabecera y le explica una de las siguientes historias:
1) «Tengo un niño de tres años y vengo a ver si me hace la prueba del sida, porque este verano he tenido relaciones sexuales con varios desconocidos. »
2)«Tengo un niño de tres años y fumo un paquete al día. »
3)«Tengo un niño de tres años; le doy el pecho y duerme en nuestra cama. »
¿En cuál de los tres casos cree que su médico le echaría la bronca? En el primer caso, le dirá «ah, bueno» y le pedirá la prueba del sida sin pestañear; todo lo más le recordará educadamente la conveniencia de usar el preservativo, lo mismo que en el segundo caso le explicará que el tabaco no es bueno para la salud (y si el médico también fuma, no le dirá nada de nada). Nadie la increpará: «¡Pero qué descaro, cómo se atreve, una mujer casada, una madre de familia!» ¿Y en el tercer caso? Conozco una historia real. Cuando la psicóloga de la guardería se enteró de que Maribel estaba dando el pecho a su hijo de dieciséis meses, la citó para explicarle que si no lo destetaba inmediatamente su hijo sería homosexual (uno no sabe si asombrarse más de los prejuicios contra la lactancia o de los prejuicios contra la homosexualidad). Como Maribel persistió en su «peligrosa»actitud, la psicóloga llamó a su casa para hablar directamente con su marido y advertirle del daño que su esposa estaba haciendo al hijo de ambos.
Nuestra sociedad, tan comprensiva en otros aspectos, lo es muy poco con los niños y con las madres. Estos modernos tabúes podrían clasificarse en tres grandes grupos:
— Relacionados con el llanto: está prohibido hacer caso de los niños que lloran, tomarlos en brazos, darles lo que piden.
— Relacionados con el sueño: está prohibido dormir a los niños en brazos o dándoles pecho, cantarles o mecerles para que duerman, dormir con ellos.
— Relacionados con la lactancia materna: está prohibido dar el pecho en cualquier momento o en cualquier lugar; o a un niño «demasiado» grande.
Casi todos ellos tienen una cosa en común: prohiben el contacto físico entre madre e hijo. Por el contrario, gozan de gran predicamento todas aquellas actividades que tiendan a disminuir dicho contacto físico y a aumentar la distancia entre madre e hijo:
— Dejarlo solo en su propia habitación.
— Llevarlo en un cochecito o en uno de esos incomodísimos capazos de plástico.
—Llevarlo a la guardería lo antes posible, o dejarlo con la abuela o mejor con la canguro (¡las abuelas los «malcrían»!).
—Enviarlo de colonias y campamentos lo antes posible durante el mayor tiempo posible.
—Tener «espacios de intimidad» para los padres, salir sin niños, hacer «vida de pareja».
Aunque algunos intentan justificar estas recomendaciones diciendo que es «para que la madre descanse», lo cierto es que nunca te prohiben nada cansado. Nadie te dice: «No friegues tanto, que se malacostumbra a tener la casa limpia», o «Irá a la mili y tendrás que ir tú detrás para lavarle la ropa». En realidad, lo prohibido suele ser la parte más agradable de la maternidad: dormirle en tus brazos, cantarle, disfrutar con él. Tal vez por eso, criar a los hijos se hace tan cuesta arriba para algunas madres. Hay menos trabajo que antes (agua corriente, lavadora automática, pañales desechables… ), pero también hay menos compensaciones. Enuna situación normal, cuando la madre disfruta de la libertad de cuidar a su hijo como cree conveniente, el bebé llora poco, y cuando lo hace su madre siente pena y compasión («Pobrecito, qué le pasará»). Pero cuando te han prohibido cogerlo en brazos, dormir con él, darle el pecho o consolarlo, el niño llora más, y la madre vive ese llanto con impotencia, y a la larga con rabia
y hostilidad («¡Y ahora qué tripa se le ha roto!»).
Todos estos tabúes y prejuicios hacen llorar a los niños, pero tampoco hacen felices a los padres. ¿A quién satisfacen, entonces? ¿Tal vez a algunos pediatras, psicólogos, educadores y vecinos que los propugnan? Ellos no tienen derecho a darle órdenes, a decirle cómo ha de vivir su vida y tratar a su hijo.
Demasiadas familias han sacrificado su propia felicidad y la de sus hijos en el altar de unos prejuicios sin fundamento.
14 comentarios:
Como siempre es cuestión de equilibrio. Ni hay que darle todos los mimos que pida o más porque saldrá mimoso y no aprenderá a valerse por si mismo, ni hay que ignorarlo hasta el hartazgo porque saldrá uraño y antisocial. Ser buen padre o madre es difícil y nadie nace aprendido, y las teorías psicopedagógicas tienen sus fundamentos sobre las que se basan, pero no son verdades absolutas ni son aplicables al 100% de los casos, y ni mucho menos a rajatabla. Hay que ser flexible e intentar comprender lo que realmente quieren y necesitan los críos (que no siempre lo que quieren y lo que necesitan es lo mismo, y eso tienen que juzgarlo los padres) para poder educarlos lo mejor posible.
Totalmente de acuerdo, no me cae nada bien el Estivil, hay más estudios que demuestran lo perjudicial de dejar a un niño que llore hasta que se canse que sus supuestos beneficios. Sobre lo de dar el pecho que me vas a contar, nuestro hijo tiene 20 meses y sigue tomando Teta y durmiendo con nosotros, la gente es muy ignorante la verdad, ignoran que la OMS recomienda la lactancia en exclusiva hasta los 6 meses, la de infecciones y enfermedades que prevee, pero es lo que dices, siempre les sorprende que siga con la teta.
Sobre lo que comenta Mr Blogger no creo que por exceso de mimos salga mimoso ni mucho menos ¿por qué no vamos a darles los mimos que quieren? ¿cuanto es exceso, que lo marca, lo cansados que estemos los adultos para dárselos? está claro que ser padre no es facil, pero ser un bebe mucho menos.
Sau2
Yo lei este libro de Besame Mucho y lo odie, termino en el bote de la basura.
Coincido en que es cuestion de equilibrio.
Al Señor Werty le puedo comentar que depende de lo que cada padre considere mimo, algunas personas consideran como mimos darle al niño todo lo que quiere en el momento que lo quiere y eso definitivamente no es correcto(en mi opinion) y si causa mucho daño, ahora que si entiendes como mimo los abrazos, besos y caricias, entonces esos no tendrian porque restringirse.
Si, es cuestion de equilibrio y si, es muy dificil lograrlo.
Saludos
Mama pato, estaría bien saber por que acabó el libro en la basura. Darle a un niño todo lo que quiere yo no lo puedo considerar darle mimos si no malcriarlo y consentirlo y ya dije antes que es tan difícil ser padre como niño pero nos resulta más fácil por lo que se ve, dejar a un niño llorar hasta que se canse sin saber cuales son sus necesidades, ya sabemos que el llanto es diferente según tenga sueño, mimos, dolor, miedo y por lo visto Estivil los auna todos y considera que es mejor dejarlos en una habitación que lloren que ya se cansarán, lo siento pero es cruel. Además estamos hablando de bebes no de niños de 3, 4 años.
Sau2
Mi opinión sobre el tema es que la gente tiende a llevar al extremo el argumento de ambos libros y cuando es la educación de un hijo la que se encuentra en juego, esta malinterpretación puede llegar a resultar bastante perjudicial, mientras que si se tienen como un simple apoyo pueden ayudarnos bastant;
Supongo que no se trata de darle al crio todo lo que pide, de igual modo que no se trata de dejarle berreando en la cuna hasta que se quede sin pulmones y se olvide de que tiene un padre y una madre.
Por que, seamos francos, igual que el niño necesita cariño y compresión, también necesita enfrentarse al NO desde pequeñito como una opción más que debe aceptar sin rechistar y eso al principio cuesta bastantes berrinches.
Por lo tanto creo que son los padres los que deben elegir cómo dormir a su hijo basándose en su propio criterio.
Es más, yo personalmente aconsejaría a todo el mundo leerse los dos libros para hablar con propiedad y no fiarse de lo que le recomienden los demás para, a partir de ahí, escoger el método que le guste más o ¿por qué? mezclarlos cogiendo lo que más le guste de ambos.
Una cosa si está clara y es que en cuanto a la educación se refiere no existen fórmulas mágicas ni mucho menos universales, como tampoco existen libros de instrucciones, así que resulta completamente erróneo tomarse cualquiera de estos dos libros como si fueran eso mismo.
Bueno, este es el gran debate sobre la crianza.
Estivill-González es como PSOE - PP en política.
Nunca nos vamos a poner de acuerdo.
Y cada uno ve el equilibrio -o el centro- donde mejor le parece.
Yo sinceramente creo que no se debe confundir dar AMOR, con MIMAR.
Amar, respetar, ponerse en el lugar del niño, no es mimar.
Los mimos peligrosos más bien vienen de los padres que precisamente sustituyen el amor por cosas materiales.
A lo largo de la historia, las clases altas han dado muchas cosas materiales y muy poca presencia paterna.
Lo que Gonzalez defiende es que los padres estemos presentes en la vida de nuestros hijos, les dediquemos tiempo, mirada, comunicación, amor, contacto físico, respeto... que no tiene nada que ver con mimar ni consentir.
Simplemente que no le hagamos a los niños lo que no le hacemos a otros adultos, ni queremos que nos hagan a nosotros: golpear, gritar, ignorar, dejar solos, dejar llorar sin atender.
De eso se trata.
Ponernos en la piel de los niños.
Abandonar el enfoque "adultocéntrico" para entender las necesidades de los niños.
Y sobre todo, de los bebés.
Los bebés de pocos meses solo necesitan dos cosas: leche y cuerpo maternos. Presencia, contacto piel con piel, amor incondicional.
De eso se trata.
Ya hemos aprendido -un poco- a respetar los derechos de las mujeres, de los homosexuales, de los negros, de los inmigrantes, etc etc etc... PERO ASOMBROSAMENTE, NADIE HA PENSADO AÚN EN LOS DERECHOS DE LOS BEBÉS.
Ese es el "último tabú" al que se refiere González.
A ser capaces de ponernos en la piel, en las necesidades de ese niño y ese bebé, que nosotros también fuimos.
Saludos a todos.
Y por cierto, Mamá de Patito, antes de tirar un libro a la hoguera -o a la basura- pregúntate qué es lo que tanto odias, qué fue lo que te removió en tus entrañas, que tu inconsciente se niega a reconocer.
Todos los sabios saben que lo que odiamos no es más que nuestra sombra, una parte de nosotros mismos que nos negamos a aceptar.
Así, que si encima ese libro que tiras a la hoguera, habla sobre el amor a nuestros hijos, analízate, chica, que estás a tiempo.
Un saludo!!!
Oigo y leo mucho sobre el mal de los "mimos", sobre que si un libro es el necronomicrón y el otro la biblia, sobre si los niños tienen que enfrentarse al no, pero nada de eso ayuda.
Lo que quiero decir es que no se puede mezclar a un bebé de meses con un niño de 4 o 5 años.
No se pueden tomar los consejos de un libro a raja tabla ni se puede confundir el mimar con el consentir.
No se puede dejar a un BEBÉ llorando desconsoladamente y solo, cuando ese bebé necesita cuidados y protección, instintivamente un bebé que llora reclama la protección de su madre contra las posibles fieras como nuestros ancestros, eso es un proceso evolutivo subconsciente en todos y dejándolos llorar lo único que conseguimos es hacerlos sufrir.
Dar mimos no significa CONSENTIR, significa dar amor, cuidados, caricias y comprensión, consentir es permitir demasiadas cosas a los niños, eso es lo que hará niños caprichosos y mal criados.
Rosa Jové y Carlos Gonzalez son dos grandes defensores de la crianza con apego, sistema que desde este blog defiendo, practico y recomiendo y con eso no quiero decir que haya que leerse sus libros y seguir todo paso por paso, cada uno tenemos que saber que es lo mejor para nuestros hijos, sin que nadie nos diga nada, pero hay padres que no saben bien que hacer en determinados casos y se dejan influenciar (a veces mal, a veces bien) por libros, modas, etc.
El doctor Estivil es para mi alguien que no solo a plagiado su método (el original es el de Ferber) si no que atenta contra el amor y la sensibilidad de los niños.
Esa es mi opinión y solo mía.
Gracias a todos por pasaros y comentar, se agradecen vuestras opiniones.
Saludos!
A Ileana,
Termino en la basura precisamente porque se va al extremo, el otro no termino en la basura porque no lo tuve fisicamente, si algo he aprendido en mi experiencia como mama hasta ahora es que en lo que primeramente debo confiar es en mis instintos y no en libros (nada menos que escritos por hombres!),porque si algo se ( y saberlo me ha costado lagrimas de sangre)es que cada niño es diferente y la tecnica de crianza debe ser personalizada y no basada en los libros y/o la opinion de los demas.
Ten cuidado de dar consejos del tipo "aun estas a tiempo" porque no conoces que hay detras de cada persona, no juzgues.
Todos estamos siempre a tiempo de aprender más, y de seguir creciendo, y de seguir conociéndonos mejor, querida, hasta el mismo día de nuestra muerte...
Y de aprender de todos, también de libros escritos por hombres, y por mujeres, y por niños...
Un abrazo y muchas bendiciones!!!
mamapato ¿Y cual es el problema de que estén escritos por hombres? ya estamos mezclando cosas.
Increíble que digas que se va al extremo, la crianza con apego no es el extremo ¿y por que la crianza no puede ser basada en conocimientos propios y adquiridos? con un bebe no vas a jugar a prueba-fallo y muchas veces los instintos pueden fallar. Que quieres que te diga, nosotros hemos aprendido mucho de libros, de foros de internet como crianza natural, de médicos (de algunos) de amigos, de todos los sitios puedes sacar cosas interesantes. Pero parece que a mucha gente le da cosa preguntar o prefiere decir que han educado a sus hijos sin ayuda de nadie.
Sau2
Gracias por tu cariñoso comentario en TODO LO PUEDES LOGRAR...
Un beso.
Muy interesante; y dice verdades como puños
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