Durante el pasado fin de semana, coincidiendo con el Corpus Christi, se vivió en Burgos una de las celebraciones más curiosas y peculiares relacionadas con el mundo de la infancia: El Colacho, una tradición anual nacida en 1621 que busca alejar a los niños del mal.
Los protagonistas, aparte de los niños, son el Colacho, que representa al diablo cubierto con una máscara, un traje de colores vivos (amarillo y rojo), además porta una castañuela (terrañuela) de gran tamaño, y el Atabalero, que lleva una casaca larga y oscura con un sombrero de copa y sostiene un gran tambor.
Ambos reciben la burla de los niños del pueblo y responden realizando 'corridas' por las calles de la localidad intentando fustigar con una cola de caballo a los vecinos y visitantes, que le insultan.
Sin lugar a dudas, lo más famoso de esta tradición se desarrolla el domingo con la celebración de la procesión. Los vecinos del pueblo adornan sus casas con sus mejores galas para recibir el paso de la procesión. En algunas casas se disponen unos "altares", donde la procesión realiza una pausa y bendice el agua y el vino.
Frente a estos altares, y en el suelo, se colocan unos colchones sobre los cuales y momentos antes de la llegada de la procesión, se tumban a los niños nacidos en el año.
Es entonces cuando el Colacho salta por encima de la (aproximadamente) treintena de colchones, esperando que el "salto" aleje de los niños el mal.
Los protagonistas, aparte de los niños, son el Colacho, que representa al diablo cubierto con una máscara, un traje de colores vivos (amarillo y rojo), además porta una castañuela (terrañuela) de gran tamaño, y el Atabalero, que lleva una casaca larga y oscura con un sombrero de copa y sostiene un gran tambor.
Ambos reciben la burla de los niños del pueblo y responden realizando 'corridas' por las calles de la localidad intentando fustigar con una cola de caballo a los vecinos y visitantes, que le insultan.
Sin lugar a dudas, lo más famoso de esta tradición se desarrolla el domingo con la celebración de la procesión. Los vecinos del pueblo adornan sus casas con sus mejores galas para recibir el paso de la procesión. En algunas casas se disponen unos "altares", donde la procesión realiza una pausa y bendice el agua y el vino.
Frente a estos altares, y en el suelo, se colocan unos colchones sobre los cuales y momentos antes de la llegada de la procesión, se tumban a los niños nacidos en el año.
Es entonces cuando el Colacho salta por encima de la (aproximadamente) treintena de colchones, esperando que el "salto" aleje de los niños el mal.
Foto tomada de 'El baúl de Josete'.
La tradición, además de haber sido nombrada de Interés Turísitico Nacional, cada año causa mayor espectación. Y es que durante esta edición no sólo llegaron dos bebés desde otra ciudad (Murcia) para participar en el festejo, sino que cinco canales detelevisión de carácter nacional e internacional, como National Geographic, cubrieron este peculiar evento del folclore burgalés.
11 comentarios:
Desconocía esta tradición... Qué cosas...
Cada día me sorprendes más Bárbara.
Muchas gracias, Juanjo. De eso se trata esto los blog ¿no? Si no sorprendemos, apañados vamos jeje :D
Un abrazo ¡Y mil gracias por pasar!
Hola Bárbara, tampoco conocía esta tradición. A decir verdad, me asusta un poco la foto. ¿No existe riesgo de un tropezón o mál salto y que todo el peso de un adulto caiga accidentalmente sobre los niños?
Por lo demás, todo muy lindo.
Un saludo y éxitos. Hermoso blog.
Rudy: Creo que yo jamás me atrevería a poner al crío en el colchón. Me daría un pánico terrible.
De hecho no sé por qué me da que se trata de unas de esas fiestas que mucha gente lamentará y criticará en el momento que suceda un accidente, pero mientras tanto nadie sopesa la posibilidad. Otra de tantas, vaya...
Por cierto, bienvenido al blog y, sobre todo, muchas gracias a ti también por dejar huella en este pequeño espacio.
Un saludo.
Hola,
Completamente deacuerdo con ustedes, aparte de sinsentido, es un acto sumamente riesgoso que no deberia existir.
Porque mejor no alejamos el mal de los bebes con besos ( por decir algo menos peligroso) ?
Y si, las autoridades ( como siempre) no haran nada sino hasta que un bebe salga herido.
Aqui decimos: "muerto el niño, a tapar el pozo".
Pero estos actos se dan en todo el mundo, aca tenemos tradiciones espeluznantes, en las cuales -por supuesto- yo no participo.En fin.
Saludos
Pobres niños, lo que tienen que aguantarles a los padres...
La Mama de Patito: Estoy bastante de acuerdo con lo que dices, la verdad. Lo que ocurre es que muchas veces este tipo de festejos son más una manera de mostrar popularidad o de incursióne n una sociedad que otra cosa, por eso son tan difíciles de erradicar.
Mr Blogger: Si yo te contara... Por cierto,a cabas de recordarme un anuncio publicitario de un coche jeje.
Un saludo a ambos.
soy estudiante de medicina me da mucha curiosidad esta tradicion pues este comentario va para las personas q estan de acuerdo y para las q no estan ,,,,COLACHO en medicina significa caida del bebe por accidente ....descuidos de padres o tambien x asfixia accidental dond eso ocurre frecuentemente en padres q duermen con los bebes y pueden aplastarlos sin darse cuenta .....en la medicina existe ...y pues esta tradicion reflejas estas cuestion alejar el mal? no lo se ...YO diria reflejan q estos accidentes en el mundo no existan espero q entiendan y bueno sigan adelante ¨:::en la vida siempre hay q creer en algo sino para q existe ... DESDE VENEZUELA CLAUDIA MUÑOZ
Yo fui saltada por el Colacho hace ya más de 40 años. Desde que el pueblo tiene memoria (la tradición tiene más de 400 años documentados, y se cree que al menos otros 200 más) no se ha dado el caso de ningún accidente. Son colchones pequeños y los Colachos se eligen entre la gente más joven y preparada físicamente del pueblo. ¿Riesgo? El mismo que dejar a un niño en un columpio.
Por cierto. La noticia tiene datos incorrectos. El lugar donde se celebra es un pequeño pueblo de la provincia de Burgos, llamado Castrillo de Murcia, no la propia ciudad de Burgos. Y los niños no vienen de Murcia, ciudad a más de 1000 km de esta pequeña localidad, sino que son del pueblo o descendientes, o de otros pueblos cercanos o de la ciudad de Burgos (a unos 40 km).
Perdonarme, yo soy del pueblo de castrillo de murcia; y jamas a pasado nada peligroso. Y por supuesto los colchos que saltan antes tienes que practicar (sino no saltan). Y la foto primera; en realidad no dan tan fuerte como pensais; y si no quieres que te den no te pongas delante.
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