A veces el simple acto de abrir un periódico pasa a convertise en un auténtico horror al encontrarnos en sus páginas sucesos tan desagradables como este:
Al menos 35 niños muertos al incendiarse
una escuela infantil en norte de México
Al menos 35 niños de entre 6 meses y tres años murieron hoy al incendiarse una guardería en la ciudad mexicana de Hermosillo, en el estado de Sonora, fronterizo con Estados Unidos, y entre 40 y 50 resultaron heridos.
Al parecer, el incendio se inició en una fábrica cercana a la guardería donde en ese momento estaban entre 130 y 150 niños, dijo a Efe una fuente de Protección Civil. La misma fuente dijo que esa guardería recibe todos los días a unos 200 niños, pero que a la hora en que se desató el fuego el incendio varios habían sido recogidos por sus padres.
Las autoridades locales buscan la forma de enviar vía aérea a los que resultaron gravemente quemados a hospitales de Arizona, Estados Unidos.
****
Lejos de querer convertir este blog en un noticiario lleno de trágicos y desagradables sucesos, nuestra intención siempre ha sido la de de ofrecer debate y opinión a través de nuestra más que modesta experiencia, además de mostrar la cara más amable de la infancia.
Pese a ello hoy, tras este trágico suceso, me siento ante la imperiosa necesidad de lanzar desde este pequeño espacio de la red una sonora denuncia social con la firme intención de que JAMÁS tengamos que volver a leer algo similar.
En el mismo artículo se dice que se desconocen las causas que originaron. Sin embargo estoy completamente segura de que, siempre que los medios continuen informando sobre el caso, pronto leermos sobre las escasas medidas de seguridad del centro, entre otro tipo de deficiencias.
Como profesional, tengo la impresión de que, lejos de tratar de mejorar las caraterísticas de estos centros y ante la percepción de muchas de las administraciones de las escuelas infantiles como meros negocios y en su empeño de ahorrarse unos duros, cada vez se suplen más medidas que a mi entender resultan básicas, como es el mantener un determinado número de niños por clase, el de educadores debidamente CUALIFICADOS, la necesidad de amplios espacios al aire libre para jugar (que ante casos así también sirven como vía de escape) y, por supuesto, la seguridad.
En cualquier lugar del mundo, además de existir una serie de leyes que regulara todo esto, se debería velar para que estas se cumplieran siempre, porque las mal llamadas guarderías son más lugares en los que nuestros hijos aprenden canciones y cuatro palabras en inglés mientras nosotros estamos en el trabajo.
Afortunadamente, en nuestros días este tipo de accidentes son realmente escasos, pero debemos seguir luchando para que esto siga así. Por ello quiero pediros a todos los que llevais a vuestros pequeños a algún tipo de escuela infantil que exijais siempre que se cumplan, al menos, las medidas de seguridad necesarias.
No se trata de quitarle trabajo a los educadores sino de asegurar el bienestar de nuestros pequeños.
Pese a ello hoy, tras este trágico suceso, me siento ante la imperiosa necesidad de lanzar desde este pequeño espacio de la red una sonora denuncia social con la firme intención de que JAMÁS tengamos que volver a leer algo similar.
En el mismo artículo se dice que se desconocen las causas que originaron. Sin embargo estoy completamente segura de que, siempre que los medios continuen informando sobre el caso, pronto leermos sobre las escasas medidas de seguridad del centro, entre otro tipo de deficiencias.
Como profesional, tengo la impresión de que, lejos de tratar de mejorar las caraterísticas de estos centros y ante la percepción de muchas de las administraciones de las escuelas infantiles como meros negocios y en su empeño de ahorrarse unos duros, cada vez se suplen más medidas que a mi entender resultan básicas, como es el mantener un determinado número de niños por clase, el de educadores debidamente CUALIFICADOS, la necesidad de amplios espacios al aire libre para jugar (que ante casos así también sirven como vía de escape) y, por supuesto, la seguridad.
En cualquier lugar del mundo, además de existir una serie de leyes que regulara todo esto, se debería velar para que estas se cumplieran siempre, porque las mal llamadas guarderías son más lugares en los que nuestros hijos aprenden canciones y cuatro palabras en inglés mientras nosotros estamos en el trabajo.
Afortunadamente, en nuestros días este tipo de accidentes son realmente escasos, pero debemos seguir luchando para que esto siga así. Por ello quiero pediros a todos los que llevais a vuestros pequeños a algún tipo de escuela infantil que exijais siempre que se cumplan, al menos, las medidas de seguridad necesarias.
No se trata de quitarle trabajo a los educadores sino de asegurar el bienestar de nuestros pequeños.
Entradas
4 comentarios:
Y asi es, como lo comentas.
En las noticias nacionales trascendio que para 200 niños habia solamente 5 personas al cuidado y no habia salida de emergencia, por lo que fue practicamente imposible salvaguardar a los niños.Muy dramatico
Mamá, lo que cuentas y va saliendo en los diarios es terrible. Aquello se convirtió en el mismísimo infierno para todos los que se quedaron encerrados.
Encontré un artículo que me pareció bastante explciativo. Lo enlazo aquí por si a alguien pudiera interesarle:
¿Por qué murieron 44 niños en Sonora?
Mala cosa. Si ya de por si ha sido un accidente trágico por el número de víctimas, el que hayan sido estos pequeños que no han podido valerse por si mismos para intentar salvarse...
en fin, cierto es que ante la gran demanda de este tipo de centros (en algún lado hay que dejar a los pobres nenes y esas cosas), se abren muchos que carecen de muchas de las condiciones mínimas de seguridad. Por lo que yo sé, si que se piden cumplir muchas cosas y son bastante restrictivos a la hora de abrir una guardería nueva. Otra cosa es que se permita la apertura y existencia de este tipo de centros sin el mínimo control y no solo porque pueda ser injusto para los que se "someten" a la dura inspección y a sacar los permisos y todo eso.
Mr, es cierto que en principio se exigen bastantes requisitos, pero luego no se hacen las inspecciones necesarias y en nuestro propio país puedes encontrarte incluso a gente sin titulación ejerciendo en auténticos zulos.
Además de eso, en algunas comunidades (como la mía, sin ir más lejos) con el objetivo de la privatización, no sólo se están rebajando los requisitos (aulas masificadas, educadores ejerciendo labores que no les pertenecen, patios minúsuclos), sino que también se pretendía dejar que gente sin titulación pudiera estar al cargo de los crios, dando lugar a una serie de carencias importantísimas y al temible intrusismo laboral que tanto daño hace ya en otros sectores.
En este sentido significa todo un retroceso. Casi pretenden volver a aquellos centros del siglo XIX donde realmente se "guardaba" a los pequeños en lugar de aprovecharse todas las cualidades de la primera infancia para comenzar con el aprendizaje y la socialización.
Terrible.
Publicar un comentario