A veces se puede encontrar el remedio perfecto a un mal en un detalle que, además de ser prácticamente insignificante, se ha pasado por alto durante años y años.
En concreto me refiero a una investigación desarrollada por el equipo de la Universidad de Newcastle que acaban de demostrar que un fármaco utilizado para tratar el cáncer (el Trichostatin o TSA) puede detener las contracciones del parto y, por ende, podría prevenir el trabajo de parto prematuro, principal causa de muerte en niños en el mundo desarrollado.
Observando las tasas de nacimientos prematuros en aumento -hay 50.000 al año en el Reino Unido- y que varios medicamentos son utilizados para tratar de evitar este mal pero la mayoría tiene efectos secundarios graves, se necesitaba un nuevo tratamiento con urgencia.
Los investigadores obtuvieron permiso para tomar muestras de los músculos de las mujeres mientras eran sometidas a cesáreas en el Royal Victoria Infirmary de Newcastle.
Así, expusieron el músculo a la droga Trichostatin y midieron los efectos en las contracciones espontáneas y en las inducidas por la droga, la oxitocina. Encontraron de este modo que, en promedio, las contracciones se redujeron en un 46% en el caso espontáneo y en un 54% en las inducidas por la oxitocina.
La propia subdirectora de la investigación en Acción de Investigación Médica, que financió el estudio, aseguró que "este proyecto ha puesto de manifiesto algunas de las vías moleculares que regulan las contracciones uterinas y así podría estar relacionado con el nacimiento prematuro".
En concreto me refiero a una investigación desarrollada por el equipo de la Universidad de Newcastle que acaban de demostrar que un fármaco utilizado para tratar el cáncer (el Trichostatin o TSA) puede detener las contracciones del parto y, por ende, podría prevenir el trabajo de parto prematuro, principal causa de muerte en niños en el mundo desarrollado.
Observando las tasas de nacimientos prematuros en aumento -hay 50.000 al año en el Reino Unido- y que varios medicamentos son utilizados para tratar de evitar este mal pero la mayoría tiene efectos secundarios graves, se necesitaba un nuevo tratamiento con urgencia.
Los investigadores obtuvieron permiso para tomar muestras de los músculos de las mujeres mientras eran sometidas a cesáreas en el Royal Victoria Infirmary de Newcastle.
Así, expusieron el músculo a la droga Trichostatin y midieron los efectos en las contracciones espontáneas y en las inducidas por la droga, la oxitocina. Encontraron de este modo que, en promedio, las contracciones se redujeron en un 46% en el caso espontáneo y en un 54% en las inducidas por la oxitocina.
La propia subdirectora de la investigación en Acción de Investigación Médica, que financió el estudio, aseguró que "este proyecto ha puesto de manifiesto algunas de las vías moleculares que regulan las contracciones uterinas y así podría estar relacionado con el nacimiento prematuro".
"Podría tener un papel en la prevención del nacimiento prematuro, encontrar un nuevo tratamiento para el parto prematuro sería un gran paso adelante".
Desde luego que sí... Y esperamos, por supuesto, que así sea.
1 comentarios:
Espero que lo consigan.
Besos.
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