RSS

Relacionan el castigo físico con disminución de cociente intelectual

Actualmente se generan enormes debates en torno a si es adecuado o no para la educación de nuestros pequeños el castigo físico (un azote o cachete cuando se porta mal). El tema no sólo ha hecho que corran ríos de tintas o incluso que se legisle con la intención de eliminarlo, sino que también ha hecho que la propia comunidad científica se intesese en él.

Y es que un reciente estudio elaborado por la Universidad de New Hampshire afirma que los niños que reciben algún tipo de castigo físico tienen un cociente intelectual más bajo que aquellos que no lo sufren.

Foto encontrada en Google imágenes.

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores estudiaron una muestra de más de 800 niños entre 2 y 4 años y otro grupo de 700 chicos de entre 5 y 9 años. Ambos grupos fueron sometidos a una nueva evaluación cuatro años después.

El de los niños del grupo A que no habían sido pegados fue 5 puntos superior al nivel intelectual de los niños que recibían azotes. En el grupo B, el cociente intelectual era de 2,8 puntos más alto que el grupo de la misma edad a los que se les había azotado en el entorno familiar.

Straus y su equipo evaluaron también los datos sobre castigos corporales que experimentaron más de 17.000 estudiantes universitarios cuando eran niños y hallaron que existía un vínculo más fuerte entre el castigo corporal y el intelectual cuando los chicos fueron azotados hasta la adolescencia.

Los niños estadounidenses que habían sido azotados tenían una capacidad cognitiva menor cuatro años después.


Según los investigadores, el castigo corporal es muy estresante y puede convertirse en un factor crónico para aquellos niños que sufren castigos corporales tres o más veces a la semana, surgiendo de así la relación de los castigos corporales con una menor capacidad intelectual.

Las consecuencias de este tipo de castigo se pueden manifestar años después, ya que se muestran como síntomas de estrés post-traumático. Por ejemplo tener un miedo irracional a cosas que estan por ocurrir o sobresaltarse con facilidad son síntomas que se asocian con un menor coeficiente intelectual.

Pero ahí no queda la cosa, sino que aseguran que un mayor nivel de desarrollo económico nacional está relacionado con el número de padres que usan los castigos corporales y con un cociente intelectual superior a nivel nacional.

La realidad es que, a pesar de que el uso del castigo corporal ha ido disminuyendo en todo el mundo en los últimos años, aún existe gente que piensa que el cachete a tiempo o el socorrido azote no sólo son buenos aliados a la hora de educar a un crío, sino que se convierte en indispensable.

3 comentarios:

Juanjo Rubio dijo...

No me extraña, todo padre debería saber que los castigos físicos no le llevan a lo que busca ni van a educar a sus hijos. Al contrario.

Un abrazo.

aguacateyfresas dijo...

es muy probable, debe bajar la autoestima, notoriamente el castigo físico o psíquico.

Mr Blogger dijo...

por supuesto, el castigo físico continuado y periódico tiene efectos dramáticos en cualquier niño. Pero de ahí a que un cachete en un momento en el que el crío se ha pasado tres pueblos de manera puntual... no sé, tendría que ver en qué condiciones se ha efectuado el estudio y como han seleccionado los grupos y qué tipo de castigos han recibido y eso. Supongo que esto es como todo, como el alcohol o cualquier otra sustancia. Tomarlos de manera periódica y a dosis lo suficientemente altas está claro que es perjudicial. Que alguien se tome una copa un día y no vuelva a tomar no debería afectar para nada, estamos hablando de excepciones, no de reglas. Y tampoco se trata de una paliza. Una torta marca, claro, pero no sé hasta qué punto tiene una influencia tan directa sobre el intelecto. Me da que tiene más que ver con el entorno sociofamiliar del niño; en entornos más civilizados es normal que se muevan más inquietudes y que se le aporte más cosas al niño y se desarrolle mejor que en entornos más cerrados y agresivos para él. Es una opinión.